Me hablaron de ella, la busqué, le hablé, intenté sacarle algunas palabras a sus antiverborrágicos dedos cibernéticos, la invité a pasar una noche, la invité a pasar una tarde, me cansé de intentar, la dibujé e hice de cuenta que realmente se acostó sobre esta cama.
nunca conocí una mujer monocromática. entiendo el por qué de la obsesión.
ResponderEliminarVamos a hacer esto más misterioso y vamos a suponer que realmente me obsesioné por ella. Pero, en realidad, simplemente tengo la obsesión de dibujar a las mujeres que me atraen. Y sí, quizás es LA mujer monocromática, siempre es un gris, no se juega por nada. Me está alterando, quizás me aflora Mabel en cualquier momento jaja.
ResponderEliminarSaludos.