domingo, 20 de noviembre de 2011

A esto se llama visibilidad lésbica

A continuación, lo que voy a relatar ocurrió en aproximadamente unas tres horas. 

Iba caminando por Puerto Madero con Mary -sin estar de la mano ni mostrar un solo indicio de nada-, se acercan tres pibes a tratar de levantarnos y ocurre esto:
Ellos: ¡Hola, chicas! ¿Cómo andan?

-Nosotras: Hola.

Uno de ellos: ¡No, la puta madre! ¡Son lesbianas!

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Nos sentamos en un banquito y pasa un tipo. Nos pide plata. No tenemos.
Él dice: ¡Pero qué desperdicio de mujeres!


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Vamos caminando por 9 de Julio y pasa un grupo de gente. Una chica nos mira y nos grita:

¡Son muy lindas! ¡Les doy a las dos!

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Estamos en una esquina y dos pelotudos nos empiezan a pedir que por favor nos diéramos un beso.

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No se puede estar tranquila en esta Ciudad. Algún día me mudo a San Francisco para ser lo que una aguja en un pajar. 

domingo, 13 de noviembre de 2011

Todo es por algo...

A mí madre le encanta usar la frase: "Las cosas se dan por algo". Y yo me he terminado acoplado a su frase, ya que siempre termina teniendo razón. Traté de tomarme las decepciones recientes de la manera más positiva posible y de pensar que, si alguien me deja, es porque esa persona no era la indicada.Y aquí viene la historia que me convoca:

La primera vez que la ví fue en la Marcha del Orgullo del año pasado. Y por casualidad. Yo le había pedido a mi amiga Ivanna que me acompañara y ella me dijo que sí, que de paso aprovecharía para filmar un poco y hacer entrevistas para un trabajo audiovisual sobre el matrimonio igualitario que estaba haciendo en grupo para una materia de la facultad. Así que llegué yo, llegó mi amiga, y llegaron las compañeras de grupo de Ivanna. Llega una, llega otra. La última en llegar fue Mary que, apenas dijo unas palabras, saltó con alevosía su tortez. Ese día nos fuimos temprano y, después, cuando le pregunté a Ivanna sobre el asunto, me dijo que no sabía, que Mary nunca le había dicho nada.

Pasaron unos meses e Ivanna festejó su cumpleaños. Estaban invitadas las chicas del grupo de la facultad, pero yo estaba saliendo con alguien y no iba a intentar nada con Mary. Pero fue inevitable quedarme hablando con ella sobre cine, sobre las películas de Woody Allen o de Ingmar Bergman. Cada vez confirmaba más que esta chica era torta, pero nunca lo insinuó y me fui suponiendo que era una torta reprimida que nunca había estado con una mina. 

El tiempo pasó y, un día, en la entrada de la facu, sobre Santiago del Estero, la veo a Ivanna charlando con Mary, que estaba parada con las manos en los bolsillos, haciendo que mi radar se activara automáticamente . Las saludo y nos vamos con mi amiga. Ella sale del baño y le digo: "Cada vez que la veo lo confirmo más: esta Mary es más torta que yo".

Ivanna me contesta: "Me parece que sí, estábamos con otra chica hablando de lo bueno que está un profesor, y ella no omitió comentario alguno". 

Bueno. Pasaron unas dos, tres semanas y, un viernes, Dana me dejó. El miércoles siguiente, estaba a media hora de rendir Derecho a la Información y me encontré a Ivanna. Le conté que Dana me había dicho que quería estar sola y que yo había tratado de estudiar ese fin de semana, pero había sido un poco difícil. Nos despedimos y rendí. Esa noche, me llamó Ivanna: "Estuve hablando con Mary y tenías razón, es torta. Y le conté que habías cortado con tu novia, y me pidió información sobre vos". 

Pasaron unos días y ya la tenía en Facebook. Hoy hablamos y la charla fue muy interesante, realmente. Ya quedamos en ir a escuchar jazz el sábado que viene. 

Evidentemente, no puedo estar sola.

Y no sólo eso: el miércoles pasado me enteré de que en ese examen (para el que estudié entre llantos ahogados y miles de desconcentraciones) me saqué un 10.  

Después de la tormenta siempre llega la calma, parece.

domingo, 6 de noviembre de 2011

viernes, 4 de noviembre de 2011

Sólo voy a decir esto: llevo casi tres semanas de abstinencia sexual, una semana de exprimirme el cerebro para rendir los últimos exámenes, pocas horas de sueño por haberme quedado leyendo un libro de 500 páginas que me dieron el jueves con el motivo de entrevistar a alguien ayer a la mañana; ayer la operaron de cáncer de vulva o algo por el estilo a mi perra y...y encima hoy, que tengo examen de portugués, me despierta a las 3 de la mañana mi hermana garchando con el novio (y no es la primera vez, si no fíjense esto.   )

¿Qué hice para merecer esto?

martes, 1 de noviembre de 2011

De la torta que llevaba adentro siempre (sin saberlo)

Hace mucho tenía ganas de escribir esta entrada, pero hoy me senté con toda la determinación. Es gracioso que, una vez que te das cuenta de que sos torta (a la edad que sea) muchas cosas comienzan a cobrar sentido.
En mi caso, yo empecé a sospechar a eso de los 17, 18 años; pero una vez que lo supe con certeza, me empecé a acordar de muchos indicios que la vida me daba y de los que nunca me había percatado.

-Mi mamá siempre me contaba que, cuando tenía cuatro años, aproximadamente, me llevaba a la plaza Misericordia, de Flores, y yo siempre tenía unas ganas irrefrenables de ir a abrazar y dar besos a las chicas y chicos que se me cruzaran en el camino.

-Este año, cuando me mudé, encontré unos informes del Instituto Vocacional de Arte al que iba en Parque Chacabuco cuando tenía 8 años. La profe de instrumentos autóctonos escribía que tenía buen trato con mis compañeros "especialmente con Leila" y que a veces me peleaba con los varones porque me hacían cargadas.

-Miraba Sailor Moon y me encantaba la torta-chongo que era sailor Urano.  Ah! Y Ranma un medio, cuando se transformaba con agua en esa pelirroja de pechos impresionantes.

-Cuando tenía 10 años, vi "Tomates, verdes y fritos" y me quedé fascinada con la protagonista (torta a más no poder). Hasta el punto de decir que cuando fuera vieja iba a ser como ella e iba a tener el pelo largo y blanco. 

-Lo que viene a continuación  es lo más gracioso. Porque mis viejos se habrán dado cuenta de que ellos fueron los encargados de volverme torta y se habrán querido morir: desde que tengo uso de razón, la cantante preferida de mi vieja es Sandra Mihanovich. Además, sonaban en casa Marilina Ross y Celeste Carballo. A los 15, yo las escuchaba tanto como mi vieja, hasta el punto de ir junto con ella y mi viejo a los recitales de Sandra, entre chicas que le gritaban "Hermosa" y le tiraban corpiños.

-El primer disco que me compré fue Jagged Little Pill de Alanis Morissette, a los 12 años. Bien de torta. 

-El primer orgasmo que tuve fue tocándome después de ver la película de Frida Kahlo, protagonizada por Salma Hayek. En una escena se besaba y bailaba con otra mina.




-Empecé a tener sexo con tipos y yo pensaba: "No puedo entender que la gente diga que el sexo es uno de los grandes placeres terrenales". Es que no sentía nada, evidentemente. Pobre mi ex novio de los 17 años.

Deben haber muchos más, pero por ahora me acordé de esos.