Sí, quizás yo leía fusas y vos redondas. Por eso nos desentendimos y nunca pudimos armar, juntas, una canción con final y, siquiera, un principio. Vos querías, de a poco, danzar al ritmo de minuets y yo, de escasa paciencia, al de intensas milongas. Yo sentía blueses por dentro y vos me hablabas de jazz, de Ray Charles, de I believe to my soul y yo intentaba creer en la tuya.
Vos permanecés a pocos kilómetros de distancia innecesaria, en tu propia cajita de música, tocando tu saxo. Y yo sólo quiero abrir esa caja y tocar tu sexo. Pero vos seguís tan volátil como tus vientos, tan inasible como ese great gig in the sky. Y yo, tan feroz y, a la vez, tan atada de pies y de manos con las cuerdas de mi propia guitarra.
Quería rasgar cada recoveco de tu estrecha espalda, que el sonido retumbase en tu caja toráxica y se proyectase a través de tu boca; y que mientras yo siguiera tocando esa extraña melodía acompañada por los agudos de ese saxo.
Pero tu instrumento nunca estuvo solo, siempre tuvo alguna base de acompañamiento. En cambio, yo no hago duetos hace algún tiempo, sólo improviso un poco, según el momento.
Tus silencios son cortos, de corcheas, porque te aturde mi indiferencia. Los míos son de blancas, por el contrario, más prolongados y, por supuesto, estratégicos, de acuerdo a la métrica a la que esté sometida.
Pero tu instrumento comienza a sonar y lo único que hace es repetir la misma canción, una y otra vez. Y a mí, que me aburre empezar, una vez más, desde el compás inicial, intento crear una nueva composición, diferente, compleja. Distinta a la ya conocida.
bello bello bello. Me encantó: "En cambio, yo no hago duetos hace algún tiempo, sólo improviso un poco..."
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Muchas gracias! Igual te digo que ya me estoy cansando de improvisar...de vez en cuando me gustaría poder aferrarme a ciertos esquemas.
ResponderEliminarSaludos!
Si...pasa, que una se cansa de los solos y extraña los duetos. Aunque sea para retomar ganas..no?
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