lunes, 29 de agosto de 2011

Ponerse en minita, historias de la infancia y ajenas

Como vi que cierta niña copió el link de la anterior conversación porque le había gustado, acá va la edición número dos de la serie de conversaciones con Dana.  Para reirse un rato.
Acá.

lunes, 15 de agosto de 2011

Rara, como encendida

Ella es rara. Su hermano dice que no parece de la familia: "Hay tres cosas prohibidas en la casa, sobre todo por mamá: el cigarrillo, el alcohol y el lesbianismo de Dana". Y claro, a ella tenían que gustarle esas tres cosas.

Ella es rara, tiene 20 años, pero pareciera que adentro suyo vive una mujer de 40. Ya pasaron unos tres meses desde que me lo contó, pero aún me resulta extraño que ella, cuando tenía 17, iba sola a pasear por los boliches gay de Mar del Plata y siempre terminaba saliendo acompañada por alguna treintañera.

Ella es rara. Un día puede decirte "te quiero con todo mi corazón, sos lo más importante en mi vida", y otro ya está pensando que no la querés ver más y te tira un "me voy y no me ves nunca más".

Ella es rara, hasta su segundo nombre es raro. Ni siquiera quería decírmelo, lo tuve que adivinar. "Sólo te voy a decir que empieza con S", me dijo. Me puse como loca a buscar listas de nombres por Internet hasta que, después de mil intentos, lo supe. Claro, nombre que un entomólogo le pondría (es rara, es hija de un entomólogo). Selva es su segundo nombre.

Es rara. Me dijo que su insecto preferido era el grillo topo. Cuando iba a venir a verme a Buenos Aires, me quería traer un frasco lleno de grillos topo como regalo. Para saber de qué hablo, miren lo que es su insecto preferido acá.

Es rara. Como no quería gastar plata en la peluquería, me dio rienda suelta para cortarle el pelo (y yo no soy peluquera). Pero no las puntas, no. Cortito, cortito. Por suerte quedó bien.

Es rara. Antes de conocerme, no le gustaba el sexo. "Lo hacía porque hay que coger. Estás con alguien y hay que coger", me dijo. Me acuerdo que al principio casi ni me dejaba tocarla. Por suerte la fui ablandando hasta que le agarró el gustito.

Es rara. Es capaz de levantarse a la mañana y de ingerir como primera bebida del día un sorbo de whisky. Yo me enojo, algún día me hará caso, pienso, aunque no estoy segura.

Es rara. Pasaron dos meses de conocerme y se mandó una novela de 140 páginas usándome a mí como uno de los personajes.

Es rara, tiene 20 años y se pone a cantar, espontáneamente y bastante seguido, tangos de los años '20.

Es rara, yo le gusto. Y ella me gusta así, Rara, como encendida.