jueves, 23 de diciembre de 2010

La fiesta de fin de año

Sí, señoras y señores, porque no era de esperarse mucho menos del lugar en el que se fabrican las noticias, al surgir el rumor de que una de las nuevas le gustaban las chicas, la primicia corrió como pólvora en la redacción. Cuando mi editor se enteró de que, en julio, yo me había ido por dos días a "conocer a alguien" a Córdoba Capital, no podía faltar la inquisición: "¿quién es alguien?". Y yo le detallé que se trataba de una chica que había conocido a través de su blog.
Bueno, las aguas permanecieron tranquilas desde esos primeros días de agosto...hasta ahora. Llegó el gran festejo de fin de año del laburo. Se organizó una fiesta en un boliche en pleno centro, con comida y barra libre. Y, así como se destaparon unas cuantas botellas de cerveza, New Age y Champagne Triple Sec, unos cuantos personajes se destaparon también. Me encontraba charlando con las compañeras -da la casualidad que sólo fueron las que no me interesan; porque es regla: las que me gustan siempre son las amargadas que no salen-, y estaba aburrida por la música monótona que retumbaba en las paredes. De repente, llegó una tarotista y me pidió que eligiera una carta. "En lo laboral habrá muchas opciones hasta mayo", dijo. "Y en el amor...¿estás en pareja?". No, le dije (¿no se supone que eso lo tiene que adivinar ella? En fin...) Afirmó, con un halo de misterio: "Hay alguien nuevo en el ámbito laboral...con buena posición económica". Me acabo de enterar de que hay alguien nuevo...por ahora siempre las mismas y todas hetero (incluso las que tienen pinta de ser todo lo contrario).
La tarotista se retiró y me crucé a mi editor. Le conté sobre el tarot y me dijo..bueno, por lo menos, entre nosotros, podemos hablar de mujeres. Y así la conversación se derivó, hasta que le pregunté cual le gustaba de la redacción. "Vos". Atónita, me reí incómoda y le dije, bueno..sin contarme a mí. "Vos", repitió. Intenté llevar la conversación hacia otra parte hasta que llegamos a un punto en que me contó que, antes de que yo entrara a laburar, él andaba con una mina que le había propuesto sumar a una chica más a la cama. Apenas le conté lo de mi viaje a Córdoba, en julio, los otros editores se enteraron y empezaron a decirle que me hiciera la propuesta. Se nota que no me dijo nada porque se dio cuenta de que no habrían chances. Y, a todo esto, tengo que aclarar que vive con su mujer y su hija de 4 años.
Pasaron unas horas, la música se puso más interesante. No tardó en llegar otro de los editores, que me sacó a bailar. Yo siempre me presto porque sé lo que está por venir y las historias que después les puedo contar a mis amigos para reírme un buen rato con ellos. Me preguntó qué chicas me gustaban de la redacción. Le hablé de las dos amargadas que no habían ido a la fiesta. "¡Ah, pero te gustan las que parecen tipos en cuerpo de mujer! ¿Por qué no te gustan más femeninas? Y, entonces, ¿por qué los hombre no?". Bueno, son de imaginarse mis caras de orto, mis respuestas y demases. Me señaló a una de pelo cortito que pasó al lado nuestro. "A que esa es bi", me dijo. "Te acompaño y vemos quién se la levanta", me desafió. Ya no sabiendo qué esperar de este hombre, le dije que no, que tenía que entender que, en lo que a mujeres se refiere, los hombres no piensan igual que yo, que a mí no me gusta eso de ir y agarrarme a desconocidas, que necesito conocer mínimamente a la persona, etc, etc. Y, para cerrar esa noche, me dice: "¿Te puedo decir algo? Te lo voy a decir porque sé que no habrá respuesta de tu parte". ¿Qué?, le pregunté. Me miró y me dijo: "Yo te cogería". Justo llegó Inecita para socorrerme de las fauces de esta bestia y nos fuimos a tomar un taxi hasta Córdoba, donde me tomé el colectivo.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Conversaciones conmigo misma

Paciencia. Ya sé que sos muy impulsiva, te gusta hacer las cosas como salgan, en el momento. Ya sé que sos impaciente, que te cuesta esperar. Y, en este momento, puedo decir que estoy orgullosa de vos. La conociste finalmente. No sólo colmó las expectativas, las superó. Todo te gustó de ella: su belleza, su perfume, sus manos al tomarte de la cintura cuando ibas sentada arriba suyo en el asiento delantero del auto, su voz, el brillo que le sale de los ojos cuando habla de música y de aquella extensión de sus labios, su saxo. La viste en tres oportunidades la semana pasada y no la besaste. Me recordaste a cuando, con 11 años, tu noviecito te quería avanzar y vos le decías que no porque estabas esperando que se diera un momento más especial. Porque querías recordar el momento del primer beso gratamente por siempre. Y fue tan así que tus labios pre-adolescentes permanecieron vírgenes hasta bastante entrados los 13.
Me recordaste a eso. Hoy me reía porque me di cuenta de que, de las últimas tres personas con las que estuviste, ninguna había dado el primer paso a la hora del beso. Siempre vos buscás, no lo podés evitar. Sos como él cinematógrafo inventado por Louis Lumiére, que se diferenciaba de la "Black Maria" de Edison por pesar una centésima parte y poder, así, transportarse como una valija hacia el lugar que se quisiera registrar. La Black Maria, pesada y estática, sólo filmaba lo que se llevara hacia ella, no se podía trasladar. Vos, siempre en movimiento, siempre en la búsqueda de hechos por registrar. Y ahora me sorprende ese arrebato de inocencia. O, quizás, ese arrebato de prudencia. Ya sé que ahora estás un poco ansiosa, pero vas a ver que la espera antes de que empiece la película también tiene su lado interesante.


Este dibujo aparece en este blog de manera fragmentada. Una parte en el sector derecho, la otra en uno de los posts del principio. Ahora que las cuerdas y los vientos se juntaron, paso a publicar el original. Es una lástima que no me haya podido salir lo hermosa que es en persona, pero algo es algo.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Mi padre, el dotor (sic)

Ventajas:

-Te hace recetas para cualquier cosa. ¿Tenés conjuntivitis? Podés ir directo a la farmacia y obtener tu Tobradex, Poenbioptal o el que más te guste sin necesidad de sacar un turno, esperar que sea ese día, que te revisen y, finalmente, te escriban y sellen el bendito papel. ¿Te sacaron una muela? Te da la receta para sobrellevar una dieta basada en amoxidal cada 8 horas a lo largo de dos semanas.

-He tenido urticaria cada vez que necesité justificar mis faltas cuando iba al colegio. Claro, es dermatólogo. Da la casualidad que siempre tenía urticaria, ¡y la receta estaba firmada por mi propio padre!

-Mi primer laburo fue como secretaria de su consultorio. Es decir, conseguí trabajo sin buscarlo. Y, encima, me comía todos los alfajores, chocolates y etcéteras que le traían los pacientes. Desventaja dentro de esta ventaja: era un embole, sobre todo cuando se acababan las cosas para hacer. Siempre terminaba poniéndome a dibujar sobre algún recetario vacío o leyendo algo mientras era interrumpida inesperadamente por el teléfono y las viejas que exigían un turno "¡urgente, lo antes posible!" cuando resultaba que sólo era para pedir una receta para unas manchitas imperceptibles y antiestéticas.

-A fin de año, los pacientes le regalan pan dulce, vinos cosecha tardía y otras cosas que son gratamente recibidas en el hogar.

-Dos veces en mi vida me abrí la cabeza y no tuve que ir hasta un hospital para que me cocieran o me pegaran con "la gotita". Fue todo artesanal y hecho en casa. Así quedé.

Desventajas:

-Toda la vida había querido ser médica y él me decía que no lo fuera, que después me arrepentiría. Una vez que, a los 16, le dije que quería seguir alguna carrera en Sociales y me empezó a decir que siguiera Medicina. ¿Quién lo entiende?

-A veces tiene diagnósticos bastante apocalípticos. Luego de ver que había adelgazado 10 kilos en 4 meses me mandó a hacerme el test de Mantoux, para saber si tenía tuberculosis. No tenía nada de eso. Hoy le describo mis dolores de panza y de intestinos -y otras cosas más que no vienen al caso- y me empieza a asustar con que podría ser celíaca. Antes de morirme por la enfermedad, creo que me moriría por enterarme de que no podría, a lo largo de toda mi vida, comer harinas o tomar alcohol.

-La soberbia de los médicos recibidos con diploma de honor. Mi hermana estudia Medicina y él le vive refregando en la cara sus notas que no bajaban de 8 -y sin estudiar mucho-, cuando ella vive recluida en casa estudiando -incluso les cambia la letra a las canciones para aprender de memoria palabras raras- y gracias si llega al 7. Siempre, después de estas situaciones, mi hermana termina abandonando la mesa y se va llorando hacia su pieza.

Contradicciones:
-Es médico y fuma.
-Es dermatólogo y tengo granos.
-Es médico y tiene linda letra, yo no.

Me da ternura -y lo compadezco en secreto- porque..
Quiere participar de un concurso literario cuando no sabe usar bien las tildes y, para inspirarse, se puso a releer Recuentos para Demián, de Bucay.

martes, 7 de diciembre de 2010

Sequías emocionales

Si fuera heterosexual, mi vida sexual sería mucho más interesante. En mi tierra, los hombres llueven, me inundan. Yo abro el paraguas para no empaparme de ellos, me pongo el sobretodo impermeable y me echo a andar por las calles de la vida. De mujeres, en cambio, hay sequía crónica. Y eso me pasa por no frecuentar las ciudades húmedas, aquellos sitios donde sé que encontraría la caricia de sus gotas. Digo que hay sequía, pero, en realidad, alguna que otra lluvia pasajera humedece estos pagos, pero no es lo suficientemente consistente como para que aquí crezcan campos rebosantes de flores y frutos. O a veces viene el riego artificial, ese que me gusta recibir pero sé que no es para mí, porque sé que merezco naturales y abundantes aguaceros. Quizás la falla sea que sigo esperando con el paraguas abierto en lugares cerrados. Y eso que no soy supersticiosa.

(Después de decidir que no le hablaría más porque no hay, para mí, peor pesticida que las vueltas, volvió a revolotear por los aires la mujer monocromática, la jazzera del saxo, la que parece siempre colgada de una nube. Parece que tiene ganas de que nos conozcamos el jueves de la semana que viene. ¿Aguacero o lluvia pasajera?)

viernes, 3 de diciembre de 2010

Chapados a la antigua

De cómo, con un amigo, nos comunicamos por mails como si se tratasen de cartas formales de puño y letra. Y sólo para arreglar una salida. El asunto de su invitación rezaba: "Correo Oca".
De mi mayor consideración:

Por la presente, extiendo mi invitación a la señorita L. S. para compartir un encuentro informal por motivo de su cumpleaños. La cita, en principio, será pautada para el martes 7 de diciembre del corriente año a las 19:00 en Lavalle y Junín. Es la intención de quien suscribe (y conociendo las inclinaciones etílicas de la agasajada), partir desde allí hacia un expendio de alcohol y malamuerte, mejor conocido como "bar".

Sin más, me despido de usted muy atentamente.-

A.L.I.

PD: En caso de cambio de horario avisar previamente.
PD1: Concurrir al evento con pantalón blanco y tanga negra.
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A lo que respondo -desde el laburo, entre risas y sin ganas de escribir-:
De mi consideración:

El Sr. A.L.I. ha omitido un pequeño detalle: yo curso en ese horario, y encima tengo examen! Podría ser el jueves 9?

PD: Voy a ir como la vez que fui para tu cumpleaños; es decir, más crota imposible. Olvidate del pantalón blanco, que no tengo.
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Y responde:

De mi mayor consideración:

Respondiendo a su misiva del viernes 3 de febrero, el jueves 9 de diciembre es imposible por cuestiones laborales, (para ser más exactos, este jueves 9 de diciembre se realizará el ágape de fin de año de la empresa donde, quien suscribe, se desempeña laboralmente). Considerando su condición de atea, ¿el miércoles 8, día de la Virgen María, le vendría bien? Espero su respuesta con ansia.

Atentamente, A.L.I.

PD: Desde el jueves 9 al domingo 12 tengo una seguidilla de actividades inusuales en mi persona, por lo que deberíamos esperar, en caso de que usted tenga cierto resquemor de salir de parranda el día de la Virgen María, ser considerada una hereje y, por consiguiente, arder en el infierno cristiano para toda la eternidad -algo que por su condición de homosexual está destinada a hacer-, entonces, deberíamos esperar hasta el domingo 12 de diciembre un encuentro.

PD1: No me extraña. Es conocido su desinterés por el lujo, la moda y los peines. Imaginé que carecería de un pantalón blanco. SIn embargo, conozco su afición a las tangas así que, como mínimo, tráigase una bien chiquita. Aunque con las posaderas tan perfectas que tiene, no es necesario mucho trabajo para que sobresalgan.

PD2: Por razones que escapan a mi control, hoy no podré leer su respuesta a esta carta, así que no se angustie si no le contesto. Mañana, sábado 4 de diciembre, día que finalmente conseguí una autorización (N. de la bloggera: autorización por parte de la novia) para visitar a mis amistades masculinas, le responderé el correo a la brevedad.
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Bueno, parece ser que el Día de la Virgen nos iremos a emborrachar un rato. A ver si pierde las formalidades de una buena vez.



miércoles, 24 de noviembre de 2010

Sí, vale la pena

 Yo, que sólo lo veo una vez por semana, no lo conocía tanto. Debería sentirme orgullosa por haber sido la destinataria de aquel pasado enterrado que me entregó. No sé qué habrá visto en mí para entregarme la pala que desenterró toda esa historia aterradora. No sé por qué me eligió este muchacho de 29 años que todavía vive con su madre y su hermana, atormentado día a día por querer huir de ese antro en el que vivió, desde los seis años, escuchando a su padre militar diciéndole que era un inútil y que se arrepentía de que su madre no hubiera abortado. De cuando él, con la inocencia de los 8 años, le preguntó cómo besar a una mujer y aquel ser despreciable le dijo que eso no le tenía que importar a él. De cómo, a los 17, entró en un estado depresivo tan profundo que, para no sentir dolor mental, se auto-flagelaba para estar pendiente de un sufrimiento físico y no psíquico. "Hace tres años me enteré qué significa hacer sobremesa", me dijo. Le pregunté por qué, y él me contestó que toda su vida comió en su habitación, solo.
A los 20 lo internaron por un mes en una clínica neuropsiquiátrica, en una habitación sin ventanas, y lo medicaban con 40 fármacos para tranquilizarlo. Allí conoció a una esquizofrénica que fue la única que lo entendió y terminaron siendo novios. Pero un día ella lo llamó y él no quiso atender sin saber por qué y, a los pocos días, la madre de la chica le dijo que se sentara, que su novia se había tirado de un edificio de ocho pisos. Y él sigue soñando con ella, con ese día en que decidió no atender, sintiéndose responsable por esa muerte.
Me confesó que llegó a sentir que sus sueños -tan vívidos, tan nítidos- eran la vida real, y la vida real era un sueño. Un día soñó que diseñaba una máquina para grabar aquellas vivencias oníricas y luego despertó con el boceto de la máquina al lado de su cama. Le dije que mañana cumplía años y me dijo que sí, se acordaba que era el 25 de noviembre. Y que él, cada vez que se acerca su cumpleaños, tiene pesadillas. El paso del tiempo, nada grato para él, a mí, esta vez, me sentó bien. Este último año evolucioné todo lo que en años anteriores no pude. Me había quedado estancada, congelada, egoísta, encerrada en mí. Quizás porque comprendí que las leyes de la selección natural me decían que tenía que desarrollar ciertos rasgos para poder avanzar, mejorar y vivir en comunidad.
Cuando ayer me volvía en el colectivo, me llegó un mensaje: "Gracias por una hermosa noche". Y es por estas cosas mínimas de la cotidianeidad, por prestar un oído a unos labios desamparados que querían disparar todo ese armamento cargado que permanecía escondido en sus adentros, que se me fue un año más de vida y puedo sentir que la puta que vale la pena estar viva.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Manos esterilizadas

Hendí el bisturí en la piel joven. Antes de ir, no intente ofrecerme puntadas con hilos de acero oxidado. No pose en mi frente paños humedecidos en alquitrán. Recéteme una última bocanada de aire. Una última gota de saliva antiséptica. Una última observación en detalle. No le pido que firme la receta, no hace falta que existan pruebas incriminatorias.
   No. No quiero depender de las caricias que me dan sus manos esterilizadas. No quiero depender de las visitas que esporádicamente me hace durante las guardias. Inyección de anestesia, necesito una para no tener que permanecer despierta. Abstracción, cuarentena, aislamiento para no tener que lidiar con volver a verla.
   Sí, yo tomé el bisturí por elección propia, pero todavía algo latente queda en mis restos. Y ahora, doctora, simulemos que esta eutanasia fue una operación que falló intencionalmente. No me suministre más los antibióticos. Hace tiempo dejé de recibir la morfina. Sólo le pido un último electroshock, una última respiración boca a boca, antes del fin.

martes, 16 de noviembre de 2010

En la Ciudad Autónoma, es preferible hacer dedo que tomarse un taxi

"¡No sabés lo que me pasó!" es una de sus muletillas más trilladas. Pero, en algunos casos, no lo dice en vano.
Hoy, mientras laburaba, esta amiga me lanza, vía msn, su clásica frase. Y yo esperaba cualquier cosa, menos lo que vino a continuación. El sábado fuimos con ella y dos amigos a tomar algo a Palermo. Luego de beber unos cuantos vasos de cerveza, uno anuncia que ya era hora de rumbear para nuestros respectivos hogares. Todos estuvimos de acuerdo. Uno se tomó un bondi para ir a Villa Urquiza y los demás nos fuimos a por el querido 55. Finalmente, mi amiga, que se dirigía para Liniers, se dio cuenta de que le convenía tomarse el 34 y después hacer combinación, y se separó de nosotros. Hoy me vengo a enterar de lo siguiente (reproduzco sus palabras):

"...Me quedé dormida y me desperté en el-medio-de-la-nada, literalmente. Como no sabía dónde carajo estaba, ni veía ningún colectivo pasar, paré un coche. El tipo me dijo: "Voy para el otro, pero, si querés, te dejo en Ramos". Le dije que sí, y tenía miedo de que me llevara para cualquier lado, o me hiciera algo. Pero tuve suerte. El tipo me dejó en Ramos y yo decidí tomarme un taxi hasta casa. Pero, en un momento, el taxista empezó a frenar la marcha y apoyó su mano sobre mi pierna. Me asusté y abrí la puerta del auto y me tiré. Me hice mierda. El tipo aceleró con la puerta abierta. No sabía qué hacer. Me volví a pata a casa...".

Bueno, debo aceptar que, esta vez, su frase sí quedó justificada. 

viernes, 12 de noviembre de 2010

Su nombre de usuario aparece cada vez que enciendo la computadora cuando entro al laburo. Es que su contrato caducó y ¿quién entró en escena? Aquí, quien suscribe. La cosa fue inesperada, porque resulta que aquel nombre que aparece cada vez que tengo que ingresar mi nombre de usuario, pertenece a alguien que yo ya conocía previamente a entrar al diario. Y, hace unas tres semanas, de repente, la ví en el trabajo, pero con un ascenso de por medio.
-Yo te conozco- le dije.
-Ah, si?- me dijo.
-Sí, cursamos juntas Comunicación II en la UBA el año pasado- le especifiqué (se habrá preguntado por qué yo me acordaba de ella, si nunca habíamos intercambiado palabras, simplemente la tenía de vista).
-Ah -se apresuró a saludarme con un beso- bueno, yo soy Malena.
Desde ese entonces no puedo evitar distraerme cada vez que la veo pasar. Desde entonces no pude evitar tejer estrategias para hablarle, que finalmente llevé a la práctica. Desde entonces no puedo dejar de pensar que está dando resultado, que hoy me vino a hablar y tendría que haber sido muy expeditiva para lograr que se fuera de mi escritorio, porque el tema laboral estaba cerrado y ella seguía ahí, mirándome, de pie, con esa postura, con esa sonrisa, con esa camiseta color mostaza y ese aro con forma de cuadrado en su oreja derecha. Con todos los detalles que pude observar de cerca. Y con todo lo que sé que ella no sabe que sé: sus freakeadas, su blog-delirio ochentoso-noventoso sobre historietas y películas de ciencia ficción, su co-conducción de un programa sobre igualdad de género los jueves en la FM Boedo y, sobre todo, que me encanta escuchar su voz esos días, antes de irme a dormir.

domingo, 7 de noviembre de 2010

sábado, 30 de octubre de 2010

Ariadna y el minotauro


El otro día soñé con ella y me desahogué traspasándola desde los tejidos oníricos al papel. Desde este laberinto intrincado que es mi cabeza a la simpleza de una hoja en blanco. Ariadna estaba en mi laberinto y mi sed era el minotauro.

martes, 26 de octubre de 2010

De latín y latidos

Miró la cartelera con la frente en alto pero el pecho a la miseria. Una bomba estaba por estallar en el sector superior izquierdo de su torso. Recordaba esa sensación: hacía dos años le había ocurrido lo mismo y se le habían empañado los ojos de la felicidad. Del orgullo que le dio ser, en ese momento, ella. Del reconocimiento que le dieron, las felicitaciones de la familia, las miradas de envidia de algunos compañeros y de admiración de otros. Después de aquel día ya no la describían como una estudiante más, había pasado a ser ella, con nombre y apellido, la ganadora del concurso. La becada. La criteriosa e impecable, según un profesor.
Pasó más de un año y vinieron más logros, consiguió lo que había pretendido conseguir: en un período de tres meses la habían llamado de tres importantes medios para que trabajara para ellos. Nuevamente las miradas envidiosas de compañeros, las felicitaciones de la familia y amigos, nuevamente orgullosa. Y así Laurita, cada vez que alguien osara levantar el burlete que salvaba del desaire a su corazón inflado, ese corazón-bomba, al borde del estallido; bloqueaba su ventana y olvidaba. Se desinflaba un poco y, más tarde, volvía a estar rebosante, porque la vida no podía sonreírle más. "Es una triunfadora", gritó su abuelo después de que ella le contara sobre una importante oferta laboral. Coronada de laureles, quisieron sus padres que fuera y le pusieron ese nombre. Y así la criaron para que lo fuera. Y todas las presiones fueron perforando ese corazón, cada vez más inflado y, al mismo tiempo, debilitado.
Pero todo ese aire de orgullo acumulado hizo que Laura creyera que era más de lo que podía ser. Y así olvidó lo que significaba su segundo nombre: ciega. Cecilia, la corta de vista. Más allá de su miopía y astigmatismo -que la obligaban a usar anteojos con un aumento considerable-, ella se había vuelto ciega figurativamente. No podía ver que no era la única, que no era la mejor, como habían querido hacerle creer y, aunque no quiso creerlo, terminó ocurriendo.
Miró la cartelera con la frente en alto pero el pecho a la miseria. Una bomba estaba por estallar en el sector superior izquierdo de su torso. Ya no era la de antes. Había fracasado. Ya no estaba coronada de laureles e identificó su ceguera figurativa. Y esta vez sí, el corazón-bomba estalló, sin amor ni triunfos para socorrerla.

domingo, 24 de octubre de 2010

Persona/je

Hace unos meses había escrito un texto que decía en una parte: "Me gusta que no haya cohesión interna entre mis distintas semanas, incluso entre los días de esas semanas, incluso entre las horas de esos días". Pero ya es suficiente. Sí, es interesante protagonizar corto y largometrajes tan disímiles entre sí en períodos de tiempo tan estrechos. Ahora me sitúo del otro lado de la pantalla y me afirmo como crítica y digo: me cansé de tanta ductilidad, de tanta plasticidad en mis interpretaciones. Quiero que este abanico de personajes se estanque en algún momento, quiero que me dejen de convocar para formar parte de un elenco diferente cada día. Quiero dejar de actuar y comenzar a vivir. Quiero dejar de vivir -vivir desde varios ángulos pero siempre desde acá- y comenzar a ser vivida. Quiero improvisar, pero no hacer monólogos. Quiero que alguien me de el pie inicial para expresar todo esto que está comprimido en mis adentros. Basta de luces, cámaras y acción, basta de puestas en escena, basta de maquillajes y vestuarios ficticios.
Odio ponerme sentimental, pero a veces me sientan bien las películas románticas. Necesito despertarme con alguien al lado y que ese cuadro se repita una y otra vez, no que sea tan sólo una escena suelta entre las tantas presentes en los 365 actos de mi obra anual. Sí, lo admito, este año me divertí. Protagonicé unas cuantas comedias románticas, y algún que otro drama; pero me harté de la ligereza de ese cine símil norteamericano.



El amor no responde a la voluntad.

jueves, 21 de octubre de 2010

Sin enviar


Buenos Aires, 21 de octubre de 2010
Estimada:
Desde que conozco a mi amigo nunca tuvo suerte con las minas. Yo viví la historia de su primer noviazgo en serio, su primera relación sexual, su primera gran desilusión amorosa, sus intentos fallidos por conseguir a alguien, sus años y años de no concretar absolutamente nada. Incluso su desliz para saciar su irrefrenable sed corporal al recurrir a un sorbo de sexo sin amor con una desconocida que no le atraía en lo más mínimo. Yo viví todo eso. Sólo te pido que ahora, que está muy contento ahora que te encontró, no lo desilusiones.
Quizás te genera un poco de intriga el mundo lésbico, quién lo sabe. Quizás lo hacés sólo para contarme dentro de tus conquistas. Quizás sólo te estás divirtiendo. Pero te pido por favor: con mi amigo no se juega. Quizás fue la sacudida que les dio aquel tequila, mientras yo me conformaba con la levedad de esa Schneider. No sé. Pero te pido por favor: no juegues con mi amigo ni tampoco conmigo. No te pongas a mover cual péndulo tu cadera, adherida a mis espaldas, deslizando tus manos en mi cintura, susurrándome palabras al oído con mi amigo ahí al lado. Por favor, no lo hagas. No me acaricies la pierna, no me hablés con tu boca a dos centímetros de distancia. La carne es débil, pero la amistad no.

Gracias.

Atte.

Yo. 

viernes, 15 de octubre de 2010

Before suicide

"Siento que soy una mujer anciana en el cuerpo de una joven", dijera la bella Julie Delpy allá por el '94. Y es en estos momentos en que confirmo sus palabras desde este sitio y a 16 años del rodaje de Before Sunrise. Realmente hay algo que no está funcionando bien acá. O yo tengo la vieja quejándose acá adentro, o aquella señorita tiene incorporado, como el joven de pelo grasoso y ojos azules que interpretaba Ethan Hawke, al niño de 13 años que todavía está tomando sus notas a modo de ensayo de vida, preparándose para el momento en que realmente haya que hacerlo.
Y es en estos momentos en que no sé si estoy cansada de la tecnología -que tanto ayuda, hay que admitirlo-, o cansada de estar hablando hace dos meses por Msn con una chica 4 años mayor, que evidentemente no quiere crecer, que ya la invité a salir, que al final nunca ocurrió, que le dejé de hablar y, sin embargo, sigue hablándome. ¿Con qué intenciones? No tengo la menor idea. ¿Acaso las chicas de ahora prefieren un contacto pura y exclusivamente cibernético? Entonces yo no soy de esta época. La vieja que duerme la siesta en mi cuerpo se cansó de mover los dedos solamente para acariciar el teclado. La vieja que reposa en mis entrañas se hartó de escuchar jazz junto a otra persona a través de links. Basta. Basta de conversaciones ficticias, como aquella que Celine y Jesse tenían en aquel bar de Viena con sus manos simulando tubos de teléfono.

Nota al pie: Mientras terminaba de escribir esto, ¿adivinen quién me habló por msn?

lunes, 11 de octubre de 2010

Aún mi sexo late
y mi corazón es penetrado
por ella.
Mi entrepierna,
seno de la vida.
Mi vida entre sus senos,
sus piernas.
Mis piernas son ramas
que buscan la luz,
se despliegan,
y con el lejano recuerdo
de la humedad
de su tierra,
corre la savia,
corre mi sangre,
se enarbolan ideas
(perversas),
germinan mis labios,
y mis ojos entierran
lo que ellos abiertos
no dejan que vea.
La voz del interior
nuevamente resuena
"Dejar de lamentar
de su cuerpo la pérdida.
Dejar de arrojar flores
al cadáver bajo tierra.
Que pronto los pétalos húmedos
y las hojas frescas
estarán tan muertos,
tan tiesos como ella".
Podé sus raíces
de mi maciza cabeza
e intenté cultivar,
en su lugar,
nuevas rarezas.
Pero tan sólo se trata
de desprolijos especímenes,
de secos arbustos.
de insulsas malezas.
La savia aún corre
por mis excitadas venas.
Y mi excitación corre
por mis no tan sabias venas.
Porque sigo desenterrando
su enraizado recuerdo.
Y, como un fabuloso fenómeno
de la naturaleza
su recuerdo echa raíces
y, más y más, me entierra.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Autoestimulación

Recupero mil placeres con mi hemisferio izquierdo. Luego, del otro lado, nada consigue sorprenderme. Todo es puro suspenso, porque puedo anticipar lo que vendrá, pero no de qué manera lo hará ni qué vendrá luego.
Tan abstraída de todo y, a la vez, tan encarnada mentalmente, las vivencias auténticas nunca logran sorprenderme. Todo está bien adentro, recuperado de un afuera. Luego, cuando hay afuera, nada revoluciona mis adentros. Mi placer es mi mente. Mi mente es mis ojos. Mis ojos son pura fachada. Pero las fachadas sólo me fascinan si las reconstruyo con la mente.
Podría no depender de nada ni de nadie y elaborar, con negativos cerebrales y técnicas aprendidas empíricamente, todo un proyecto de film autobiográfico. Con guiones de conversaciones ya tenidas y actores -conocidos por mí, o no- podría (re)elaborar sensaciones para deleitarme, sola. Podría extraer escenas de relaciones obsoletas y el tacto de alguien aplastado por el tiempo para armar largometrajes dramáticos, pornográficos. Podría dejar de vivir y volverme mera espectadora. Podría dejar de actuar y sólo montar, sólo ser directora. Podría fascinarme con comunidades excéntricas, lujuriosas, sedientas, y seguir siendo un solitario y egocéntrico coleccionista que adora su cuidada filmoteca. Pero espero mucho más.



Texto de hace algunos meses que, sin dudas, sigue teniendo vigencia.

lunes, 4 de octubre de 2010

Ex-abrupto

"Lo voy a tener que analizar con mi psicóloga", me dijo después de escuchar la noticia.
Es que mi ex -mi ex de sexo masculino de cuando yo tenía 16 años- empezó a ponerse pesado. Desde el miércoles, sutilmente, fue acercándose con mensajes de texto, preguntando cómo iba mi vida. Yo, cortésmente, respondía: que el laburo, que la facu, todo bien, por suerte. Ya cuando mandó el tan predecible: "¿Hacés algo el sábado?" opté por hacerme la boluda. Empezó a ponerse insistente y mandó otro a los 10 minutos (el típico e insoportable: "Te llegó mi mensaje?") No te respondo, pensé, así te das cuenta que lo nuestro quedó allá a lo lejos, bien lejos.
El sábado sonó el celular. Decía: "Llamada de Catriel" (sí, se llamaba Juan Catriel. La madre es profesora de historia, habrá sido un intento de homenaje a la dinastía de caciques ranqueles. De hecho fue MI profesora en el secundario).
No atendí.
Pasó una hora. Volvió a la carga.
No atendí.
Y bueno, sonó por tercera vez y atendí. "Hacés algo hoy?", me preguntó. No, pero tampoco tengo ganas, le dije. En un principio pensaba mantener su orgullo de macho intacto, pero cambié de opinión. Y ahí empecé, no pude parar. Que no sé qué querés conmigo, amigos no vamos a ser, novios menos. Cómo te explico... No miro más hombres.
Silencio.
En serio? NO LO PUEDO CREER! (gritaba porque no sé qué se habría tomado antes de llamar). SOS LA SEGUNDA NOVIA QUE TUVE Y QUE SE HIZO LESBIANA!
"Lo voy a tener que analizar con mi psicóloga", dijo.
"Mirá vos! No lo puedo creer!", repetía. "Bueno, cuando estés con alguna chica avisame que yo no soy celoso" (No pudo caer tan bajo el muy pelotudo).
Corté el tel.
Suena una vez más. Mensaje: "Laura, te re banco".
Le respondo: Ya no sé si hablás en serio, en joda o chupaste mucho.
Responde: Las tres, como vos, yo y tu novia.
Evidentemente, no respondí. El fastidio ya era abrumante.

sábado, 2 de octubre de 2010

Para escuchar

Descubrí la grabadora de sonidos en casa y me puse a grabar. Hay algunas pifiadas, pero soy muy impaciente y no me da ganas de grabar lo mismo más de una vez.
St. James Infirmary Blues es un tema viejísimo, versionado por muchos artistas y bandas grosos como Louis Armstrong, Billie Holiday, Joe Cocker, The Doors, The White Stripes y por mis adoradas Janis Joplin y Viviana Scaliza.
Espero les guste.




lunes, 27 de septiembre de 2010

Descarga


Sí, puede ser que lo esté, un poco, pero ahora no te me vengas a hacer la que no lo está cuando, con todas esas historias que escuché, ni la mejor terapeuta te podría curar, ¿así que decidiste poner una barrera para que dejara de traspasar tu preciado territorio privado? perfecto, no hacía falta, hace mucho que ya no pisaba ni un metro cuadrado de tu suelo fértil, fértil por todo ese estiércol, realmente no hacía falta que bordearas con rejas unas parcelas que yo misma ya había enrejado, no hubieras gastado your precious time, que podría haber sido invertido en la búsqueda de mejores inmuebles, porque nunca se está satisfecho, nunca, sobre todo vos, nunca; yo ya había surcado la tierra y construido un río alrededor mío para que dejaras de molestar, para que te fueras con tu bote a cualquier otra parte, menos a mis aguas, que en realidad esa es tu especialidad, pero vos querías tener la última palabra, y así fue, pero no me importa en lo más mínimo, viajá a dónde se te de la gana, sea al norte, al oeste o al sur, a donde te estén esperando con las puertas abiertas, que las mías ya no lo estarán más.

sábado, 25 de septiembre de 2010

A la inversa

Colmada de vacío,
vacía plenamente.
Mi estómago grita
y mi boca padece.

Quise volverme frívola
hasta quemar a la inversa
y dejar de congelar estímulos
que quemaron mi lengua.

Quise dejar de congelar instantes
para alimentarme en el futuro.
Porque, si estaban podridos,
no haría bien su consumo.

Mi paciencia late,
mi sexo espera,
mi cerebro corre,
resuelven mis piernas.

Colmada de vacío,
vacía plenamente.
Mi estómago grita
y mi boca padece.





viernes, 24 de septiembre de 2010

Roma al revés es amor


Al fin la pude ver. Este es el link: http://www.megavideo.com/?v=R0LTR1HP

Prohibida la clickeada para quienes odien mirar películas dobladas al español.

A ver... la trama es bastante sencilla. Pero disfruté de la película, y yo creo que más de una se sentirá identificada con este tipo de historias. Me gustó la banda sonora y esa confusión que se va generando en torno a la identidad de cada una -me recordó al cuento "La forma de la espada" de Borges-. Pero lo que más me gustó del film, evidentemenete, fue Elena Anaya.  

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Diamonds and rust

Now you're telling me
You're not nostalgic
Then give me another word for it
You who are so good with words
And at keeping things vague
Because I need some of that vagueness now
It's all come back too clearly
Yes I loved you dearly
And if you're offering me diamonds and rust
I've already paid

martes, 21 de septiembre de 2010

Disonancias


Sí, quizás yo leía fusas y vos redondas. Por eso nos desentendimos y nunca pudimos armar, juntas, una canción con final y, siquiera, un principio. Vos querías, de a poco, danzar al ritmo de minuets y yo, de escasa paciencia, al de intensas milongas. Yo sentía blueses por dentro y vos me hablabas de jazz, de Ray Charles, de I believe to my soul y yo intentaba creer en la tuya.
Vos permanecés a pocos kilómetros de distancia innecesaria, en tu propia cajita de música, tocando tu saxo. Y yo sólo quiero abrir esa caja y tocar tu sexo. Pero vos seguís tan volátil como tus vientos, tan inasible como ese great gig in the sky. Y yo, tan feroz y, a la vez, tan atada de pies y de manos con las cuerdas de mi propia guitarra.
Quería rasgar cada recoveco de tu estrecha espalda, que el sonido retumbase en tu caja toráxica y se proyectase a través de tu boca; y que mientras yo siguiera tocando esa extraña melodía acompañada por los agudos de ese saxo.
Pero tu instrumento nunca estuvo solo, siempre tuvo alguna base de acompañamiento. En cambio, yo no hago duetos hace algún tiempo, sólo improviso un poco, según el momento.
Tus silencios son cortos, de corcheas, porque te aturde mi indiferencia. Los míos son de blancas, por el contrario, más prolongados y, por supuesto, estratégicos, de acuerdo a la métrica a la que esté sometida.
Pero tu instrumento comienza a sonar y lo único que hace es repetir la misma canción, una y otra vez. Y a mí, que me aburre empezar, una vez más, desde el compás inicial, intento crear una nueva composición, diferente, compleja. Distinta a la ya conocida.



domingo, 19 de septiembre de 2010



Me hablaron de ella, la busqué, le hablé, intenté sacarle algunas palabras a sus antiverborrágicos dedos cibernéticos, la invité a pasar una noche, la invité a pasar una tarde, me cansé de intentar, la dibujé e hice de cuenta que realmente se acostó sobre esta cama.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Subte-rfugios

Mediodía. Recién bañada y roseada con el Hugo Boss Pure -descubierto con grata sorpresa recientemente- me dirigía al laburo. Vestida toda de negro, no podía faltar el comentario obvio-pelotudo de dos trabajadores de Metrovías: "¡Pero si estás de luto!".
Ya me encontraba sobre la plataforma y se acerca un tipo de treinta y largos hablando por celular. Descripción: Campera violeta y algunos colores llamativos más. Arito en la oreja. Anteojos de sol sobre el poco pelo que le quedaba (ni un rayito de Febo se había asomado en ese momento como para convertirlos en necesarios). Se prendió un pucho mientras seguía hablando con otro tipo por celular y ahí me volví a hacer la pregunta para la que aún no hallé respuesta: ¿Está permitido fumar adentro del subte?
En fin. Treintaylargos cortó la comunicación, me miró, meditó y se acercó aún más.
T: ¿Hace mucho esperás?
Y: (Sequísima) No, hace cinco minutos.
T: Ah...está bien. (Me seguía mirando con intención de entablar conversación y yo, por supuesto, miraba fijo el punto en el que las luces salvadoras del subte aparecerían y las muy desgraciadas no lo hacían).
T: Recién venía caminando y cayeron algunas gotas...
Y: Ah, ¿si? Yo no sentí nada.
T: Sí, yo venía de lo de un amigo por Bonorino y me cayeron. Lo que pasa es que yo trabajo la mitad del año acá y la otra afuera y lo vine a visitar.
Y: (¿Alguien te preguntó? Encima ya lo calé: es de esos tipos que se piensan que se van a levantar minas alardeando con lo de que vienen del exterior).
T: ¿Vos te vas a trabajar ahora?
Y: Sí (ni te atrevas a preguntar dónde).
T: Yo ahora me voy a mi casa, en Lomas. Pero mis viejos viven en España, y vengo de pasar un verano allá de 40 grados, cero ganas de volver a Argentina.
Y: Y sí, a cualquiera le pasaría.
T: Sí, viven cerca de Barcelona, en Andorra.
Y. Ah, el principado.
T: (Mira con cara de sorpresa) Sí, el principado.
Llegó el subte, al fin. Me senté en un asiento y él, por suerte, se quedó parado lejos de mí. Quizás se dio cuenta de que estuve un poquito seca.
Ahora digo, ¿por qué tengo 40 historias con tipos que se me acercan en la calle y ninguna con una mina? Igual, aunque ya sé que puedo caer en el gataflorismo, pero no creo que me atraería alguien que me viniera a hablar sin conocerme.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

La seño en mi sueño


Ayer soñé de nuevo con ella. Me ocurre muy recurrentemente. Generalmente, sus apariciones son fugaces; tan sólo algunas veces ella desempeña el protagónico en aquellos oníricos escenarios. Desde hace años, una vez por mes (por lo menos) se da el lujo de pasearse por mis tejidos inconscientes nocturnos y mis residuos diurnos también. No sé por qué, no lo puedo explicar: tan sólo fue María Belén, mi maestra de la primaria. Sí, lo sé: fue la mejor, no lo puedo negar. Pero, ¿por qué tanta insistencia?
Con su edad intacta visita mis sueños. Siempre conserva la imagen jovial de señorita de guardapolvo color bordó, de cintas de colores bordeando sus muñecas de tez oscura y de uñas cortadas bien al ras. Pero no desde siempre ocurre esto: fue desde aquel día en que me enteré de que se había mudado a cuatro cuadras de mi casa, con su pareja, Verónica, otra de las maestras del colegio.
Aunque el gaydar de cualquiera la detectaría a kilómetros de distancia, yo de chiquita nunca me lo había puesto a pensar, nunca lo había imaginado. Por más que su vestimenta no era lo más femenina que había visto, y a pesar de que, desde que la conocí, tenía dos hijos adoptivos y nunca se le había conocido novio o esposo; hubiera sido imposible para mí suponerlo cuando era mi "seño".
Al tiempo de la mudanza, me enteré de que Verónica se había embarazado por medio de inseminación artificial y, unos meses más tarde, las vi pasar juntas por Curapaligüe con un cochecito cargado con un par de mellizos.
A partir de ese momento, fue irrefrenable. Ella comenzó con sus apariciones en las noches. Debo aclarar que yo nunca estoy con ella carnalmente; tan solo está ahí, fijada por el hecho de verme reflejada en alguien que fue muy importante durante mi niñez.
Hace un tiempo me puse a buscar el libro "La discusión", de Laura Roldán, que María Belén me había regalado con dedicatoria cuando tenía 9 años. Decía: "Fue un honor compartir este año con vos: una nena tan hermosa por dentro y por fuera. Participar, desde algún lugarcito, del crecimiento de un Sol como vos, es hermoso". Quién hubiera dicho que ella seguiría ocupando ese "lugarcito" siempre, pero en sueños.
Evidentemente, ya transcurrieron muchos años desde la última vez que a ella le pude decir seño. Y ahora, no se por qué, tengo esa extraña tendencia a ir enamorándome -muy platónicamente- de unas cuantas profesoras de la facultad.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Empecé la jornada dominguera sacudida por un despertador no precisamente electrónico: mi hermana estaba en la habitación de al lado teniendo relaciones con el novio y haciendo uso de lo que se puede llamar "libertad de expresión". Eso me hizo acordar al día anterior: sábado por la noche bizarro si los hay, vinieron los chicos de la facu y empezamos a desempolvar unos cuantos vinilos para escuchar a todo lo que daba Led Zeppelin, The Beatles, Deep Purple, Génesis, etc, etc... Incluso el disco de Saturday Night Fever. Sí, por eso había dicho noche bizarra.
En un momento los gritos de Robert Plant se frenaron cuando quise cambiar de disco y escuchamos a mi hermana gozar de lo lindo. Evidentemente, no desentonaba con los gritos del célebre cantante, para nada. No me pareció generoso de su parte comer frente a los pobres: dos chicos y una chica con síndrome de abstinencia sexual escuchando vinilos un sábado por la noche mientras la otra la estaba pasando joya... eso sí que no se hace.
Hoy me levanté y creí estar escuchando a Led Zeppelin de nuevo pero no, era mi hermana. Otra vez, y otra vez.
Pensé en positivo: quizás hoy venía una chica con la que veníamos hablando por chat y un amigo me quería presentar. La tarde pasó, la chica (siempre en otra) me dijo que se levantó a las 18 y que le iba a "costar mucho arrancar y venirse hasta casa", así que desistí. Estoy cansada de las vueltas. Sobre todo por el hecho de que yo soy demasiado directa.
Pero el fin de semana no terminó tan mal: me agregó a la famosa red social una amiga de una amiga que viene de terminar una relación de dos años y tres meses. Y así empezamos a hablar. Y heme aquí siendo invitada por ella a un cumpleaños que tiene el viernes para poder conocernos. Quizás el próximo fin de semana termino gritando unos versos de You shook me, quién sabe.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Todo lo que siempre quiso decir sobre su sexualidad y no se animó a decir

Acabo de cortar el teléfono. Era mi abuela, que no sabe sobre mi orientación sexual. Reproduzco a continuación algunos fragmentos de la charla:
ABUELA: ¿Y? ¿Tu hermana y vos están saliendo con alguien?

 
YO: Ella sí, yo no.



A: Ah..bueno, ya vas a encontrar al príncipe azul...Porque no vale la pena estar con alguien, salir por 3 años y después terminar a los chumbos...



Y: Jaja, sí obvio... igual nunca terminamos mal con mis ex. (Aclaración: cuando no estaba definida, nunca terminé mal con ningún pibe. Simplemente cortábamos porque me daba cuenta de que me dejaban de gustar, de que nunca había habido atracción sexual de mi parte, entre otros motivos. Y encima, ahora algunos quieren volver... ).


A: Claro, porque era un buen chico ... ¿cómo se llamaba?


Y: XXXX.



A: Eso. Era bueno, pero ahora seguro mirás con otros criterios que antes.



Y: Exacto (no lo hubiera podido decir mejor).


A: Bueno, ya vas a encontrar al hombre de tu vida, vas a ver...


Y: (Queriendo gritar: soy gay!!!!) Tampoco es que me interese tanto encontrarlo...estoy bien así (sin especificar qué significa "así").

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A: Así que XXXX está cocinando? Qué bueno por ella... porque ella nunca lo había hecho, vos en cambio ya sé que lo hacías...


Y: Sí, igual hace mil que no hago nada.


A: Bueno, pero sabés hacerlo bien..A los hombres les gusta que las mujeres les cocinen...


Y: (Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!) Sí, igual eso no es tan importante....


A: ¿Cómo que no? Sí, es muy importante, cuando se casen y tengan hijos y les cocinen a todos, y que les valoren las cosas ricas que hagan...



Y: Bueno, abuela, nos vemos mañana.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Guía de respuestas que no se deben dar cuando una torta sale del armario

(Todas me las han dicho, desgraciadamente).

1-¡De vos nunca lo hubiera pensado!

2-¿Y cómo te diste cuenta?

3-Pero cuando tenés sexo, no te hace falta ...eso que tienen los hombres? ¿Cómo garchás entonces?
4-Qué raro, no se te nota. ¿No deberías tener el pelo corto, usar ropa suelta y tener la voz gruesa?

5-Pero...si no parecés anormal!



Respuestas que corrían por mi mente frente a esos comentarios.

1-Y yo de vos tampoco, que dijeras semejante idiotez! ¿Por qué tendrías que haberlo pensado si recién ahora te estoy contando?

2-Qué se yo... ¿porque me gustan las minas?

3-Prefiero no decir lo que corría por mi mente, es muy agresivo.

4-Por más que haya algunas que sí tengan esa apariencia (por las cuales tengo cierta debilidad), no todas se visten o peinan así. ¿Acaso a todas las lesbianas las fabrican con moldes, mediante producción en serie?

5-Nada más anormal que tu respuesta.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Investigación

La miraba pasar con ese andar tan peculiar por la oficina. Quería saber cómo se llamaba. Cada vez que -con la cabeza hacia el techo, las manos en los bolsillos y abriéndose paso con los pies en posición de V- se acercaba a mi escritorio, yo la miraba. Ella simulaba no darse cuenta.


A mí no me engaña, pensaba yo. Esa campera violeta con franjas multicolores sólo significan lo que yo quiero que signifique. Nunca la ví con maquillaje. Siempre anda con un jean desajustado y zapatillas deportivas. Es la única de la oficina que viste así, todas mueven sus caderas embutidas en jeans ajustados, calzas con polleras y hacen ruido al pisar con sus botas.


Me desesperaba por averiguar su nombre y decidí comenzar con la investigación. Googlée y googleé con la poca información que tenía y nada. Estaba segura de que trabajaba en determinada área de la empresa y hasta dí con un artículo de denuncia que mencionaba unas iniciales y un apellido extremadamente corriente. Al lado del nombre incompleto, la nota -publicada en un blog de gente que denunciaba a esta área de la empresa y a quienes la integraban- decía entre paréntesis: "Bandera del Orgullo Gay". Ya está, dije. Es. Busqué todas las combinaciones posibles en la popular red social con esas iniciales y, obviamente, sin fructíferos resultados.


Luego tuve que recurrir al trabajo de campo y ahí fue cuando llegué al meollo del asunto y, a mi pesar, la desilusión: por medio de entrevistas semi-directivas, me informaron, en primer lugar, que su nombre era Cxxxx y, por lo tanto, ninguna de las iniciales que yo había sospechado era correcta. Y no sólo no trabajaba en el área de la empresa que yo había supuesto, sino que... estaba casada -o alguna vez lo estuvo (dato a confirmar)- y que tiene hijos. ¡Toda una Susanita consumada! De la que menos lo hubiera esperado... De todos modos, la investigación no está cerrada aún, me queda saber si efectivamente es o no una Susanita arrepentida.