jueves, 21 de octubre de 2010

Sin enviar


Buenos Aires, 21 de octubre de 2010
Estimada:
Desde que conozco a mi amigo nunca tuvo suerte con las minas. Yo viví la historia de su primer noviazgo en serio, su primera relación sexual, su primera gran desilusión amorosa, sus intentos fallidos por conseguir a alguien, sus años y años de no concretar absolutamente nada. Incluso su desliz para saciar su irrefrenable sed corporal al recurrir a un sorbo de sexo sin amor con una desconocida que no le atraía en lo más mínimo. Yo viví todo eso. Sólo te pido que ahora, que está muy contento ahora que te encontró, no lo desilusiones.
Quizás te genera un poco de intriga el mundo lésbico, quién lo sabe. Quizás lo hacés sólo para contarme dentro de tus conquistas. Quizás sólo te estás divirtiendo. Pero te pido por favor: con mi amigo no se juega. Quizás fue la sacudida que les dio aquel tequila, mientras yo me conformaba con la levedad de esa Schneider. No sé. Pero te pido por favor: no juegues con mi amigo ni tampoco conmigo. No te pongas a mover cual péndulo tu cadera, adherida a mis espaldas, deslizando tus manos en mi cintura, susurrándome palabras al oído con mi amigo ahí al lado. Por favor, no lo hagas. No me acaricies la pierna, no me hablés con tu boca a dos centímetros de distancia. La carne es débil, pero la amistad no.

Gracias.

Atte.

Yo. 

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo. Con esas cosas no se juegan. primeros los valores, las personas que se aman, dspués todo lo demás.
    Bien por vos.

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  2. Viste? Soy una chica de códigos. No, no, no, la amistad primero!

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hacen los coros