miércoles, 28 de noviembre de 2012

Tiempo

No hay mejor metáfora del tiempo que un reloj de arena. Pasa, se escurre gradualmente, grano por grano. Pero siempre se mantiene dentro de los límites del recipiente de vidrio. El tiempo nunca se pierde.  En una época estuve loca y pensaba maneras de no perder el tiempo. Por ejemplo, levantándome a las 5 am todos los días, sin tener la obligación de hacerlo. Quizás fue la época más infeliz de mi vida. Ahora pienso en maneras de no malgastarlo. Y no se me ocurre ninguna. 





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