domingo, 21 de octubre de 2012

En el día de la madre



Dana siempre me habló de su impotencia, de su enojo con el mundo porque ella nunca tendría la posibilidad de darme hijos. Fue así que se me ocurrió pintar este cuadro, "Deuda externa", para expresar el precio a pagar por dos mujeres que quieren tener un hijo. Un hijo que no tendrá los rasgos de ambas. El esperma como deuda externa. El dinero como requisito para la procreación. El color cálido de la vida por nacer, el color pálido de la impotencia.

Ayer releí una carta que Dana me escribió exactamente hace 2 meses, el 21 de agosto: "Algún día, media docena de críos felices va a besarte tanto hasta ponerme celosa. Van a estar enamorados de su madre y vamos a tener que gastar ¡millones! para solucionarles el Edipo. Quiero más de una vida con vos, y ahora que lo pienso bien, ¡quiero una docena de hijos! ¡Qué digo! Quiero que todas las criaturas del mundo te tengan como madre".

Y es que, a veces, con ella coincidimos en que soy su segunda madre, su verdadera familia.

Este es un Día de la Madre bastante extraño. El mundo es raro. Una muy amiga mía, de 23 años, va a ser mamá. No sabía si abortar o tenerlo, pero se decidió por lo segundo. Dana se queja y se enoja con Deusa y con todas las deidades del Universo de que cualquier mujer puede quedar embarazada de un día para el otro, menos nosotras, las lesbianas. Pero, de todas maneras, le gusta pensar y fantasear con los hijos que una inseminación artificial nos podría dar dentro de algunos cuantos años, y de los nombres que les pondríamos. Yo me río.

E incluso fantaseamos con la posibilidad de que, algún día, las mujeres no necesitemos esperma para procrear. Y no lo inventé yo:

http://www.taringa.net/posts/info/1173659/Investigan-la-creacion-de-esperma-femenino_.html

  



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