A mí madre le encanta usar la frase: "Las cosas se dan por algo". Y yo me he terminado acoplado a su frase, ya que siempre termina teniendo razón. Traté de tomarme las decepciones recientes de la manera más positiva posible y de pensar que, si alguien me deja, es porque esa persona no era la indicada.Y aquí viene la historia que me convoca:
La primera vez que la ví fue en la Marcha del Orgullo del año pasado. Y por casualidad. Yo le había pedido a mi amiga Ivanna que me acompañara y ella me dijo que sí, que de paso aprovecharía para filmar un poco y hacer entrevistas para un trabajo audiovisual sobre el matrimonio igualitario que estaba haciendo en grupo para una materia de la facultad. Así que llegué yo, llegó mi amiga, y llegaron las compañeras de grupo de Ivanna. Llega una, llega otra. La última en llegar fue Mary que, apenas dijo unas palabras, saltó con alevosía su tortez. Ese día nos fuimos temprano y, después, cuando le pregunté a Ivanna sobre el asunto, me dijo que no sabía, que Mary nunca le había dicho nada.
Pasaron unos meses e Ivanna festejó su cumpleaños. Estaban invitadas las chicas del grupo de la facultad, pero yo estaba saliendo con alguien y no iba a intentar nada con Mary. Pero fue inevitable quedarme hablando con ella sobre cine, sobre las películas de Woody Allen o de Ingmar Bergman. Cada vez confirmaba más que esta chica era torta, pero nunca lo insinuó y me fui suponiendo que era una torta reprimida que nunca había estado con una mina.
El tiempo pasó y, un día, en la entrada de la facu, sobre Santiago del Estero, la veo a Ivanna charlando con Mary, que estaba parada con las manos en los bolsillos, haciendo que mi radar se activara automáticamente . Las saludo y nos vamos con mi amiga. Ella sale del baño y le digo: "Cada vez que la veo lo confirmo más: esta Mary es más torta que yo".
Ivanna me contesta: "Me parece que sí, estábamos con otra chica hablando de lo bueno que está un profesor, y ella no omitió comentario alguno".
Bueno. Pasaron unas dos, tres semanas y, un viernes, Dana me dejó. El miércoles siguiente, estaba a media hora de rendir Derecho a la Información y me encontré a Ivanna. Le conté que Dana me había dicho que quería estar sola y que yo había tratado de estudiar ese fin de semana, pero había sido un poco difícil. Nos despedimos y rendí. Esa noche, me llamó Ivanna: "Estuve hablando con Mary y tenías razón, es torta. Y le conté que habías cortado con tu novia, y me pidió información sobre vos".
Pasaron unos días y ya la tenía en Facebook. Hoy hablamos y la charla fue muy interesante, realmente. Ya quedamos en ir a escuchar jazz el sábado que viene.
Evidentemente, no puedo estar sola.
Y no sólo eso: el miércoles pasado me enteré de que en ese examen (para el que estudié entre llantos ahogados y miles de desconcentraciones) me saqué un 10.
jaja que historia!
ResponderEliminarsiempre dsps de la tormenta llega la calma, te llego rapido eso estuvo bueno, al menos es lo que parece!
ademas porque te demostraste interesada en que llegara la calma, no es que te negaste a abrir los ojos, y decir que no a torta que se te cruzara!jaja
Exitos en lo tuyo, felicitaciones por lo del examen!:D
TQSD: Totalmente, siempre hay que estar abierta! Además, mi teoría es esa: para no sufrir cuando alguien te lastima, la solución es pensar en otras cosas. Y el destino me facilitó el trámite!
ResponderEliminarGracias por las felicitaciones!
Beso.